
"You will burn in hell, they say. You will burn in hell . . . F*cking liar"
La mentira, ¡Cuánto amar y odiar a la vez! . . . ¿es algo con lo que nacemos? , ¿es algo que se cultiva y crece y crece hasta hacernos explotar?, ¿Se puede controlar? Y , ¿por qué es tan mal vista si todos han dicho por lo menos una “mentirilla piadosa”?
Mentir es malo, todos lo sabemos pero, ¿También es malo cuando se hace por no dañar a quienes queremos?
La mentira se cultiva desde que tenemos conciencia. Los padres, creyendo hacer el bien, mienten para que los niños “sean felices”, pero finalmente le enseñan una nueva maravilla de la vida: se pueden inventar y decir cosas sin que necesariamente sea verdad; “Hijo, mentir es malo. Si mientes te crecerá la nariz como a pinocho” : MENTIRA. “Hijo, si mientes diosito no te va a querer” : MENTIRA. “Hijo, como ves, yo no digo mentiras, tu tampoco debes hacerlo” : MENTIRA.
Inconscientemente padres le inculcan de manera indirecta a sus hijos un mal hábito, el de mentir… Transformándose en niños controladores, que dañan a otros, que manejan a sus mismos padres, porque, ellos saben más que tú y más que yo lo que hacen. . . niños que dominan con palabras, sonrisas, lágrimas . . . y mentiras.
¿Conoces esa película “mentiroso mentiroso”? ; en la que actúa Jim Carrey, sí sí, esa misma. Un abogado, un mentiroso innato sin poder mentir, sin poder controlar : ¿Mejor o peor?
¿Y si un día todo el mundo se rociara de sinceridad?, claro, muchos terminaríamos heridos o pasados a llevar pero, ¿hubiera sido así si la mentiras no existieran? . . . este círculo vicioso puede dejar de girar si lo deseamos.
Analízalo, Practícalo.
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